17.5.08

No Mires Atras. Parte 3.

Cuando tu mente se pone negativa, empiezas a ver todo mal, pero tú decides qué vas a ver, si vas a ver fuego delante de ti que te va a quemar, o la Escritura que dice que Dios está contigo siempre.

Estando en la frontera decidieron regresar. Si tu vida está pasando por un desierto, puedes regresar a tu lugar de origen o puedes avanzar a tu lugar de destino. Cuando aquellos decidieron regresar, ¿la travesía más larga iba ser la de volver al origen o la de entrar en la tierra? Si estás a la puerta de la bendición, ¿por qué volver al origen? ¿Es más largo el camino de regreso o el que te falta para avanzar? Si estás en el desierto, lo mismo te da medio camino para atrás o medio camino que avanzar, si igual vas a tener que caminar en el desierto. ¡Ve hacia delante!

Cuando Casa de Dios comenzó, estábamos sentados y llorando con Sonia, y ella me dijo: “Y si no resulta”. Le respondí: Ahora ya estamos metidos en el asunto, no vamos a ver atrás, vamos a caminar como el león. Hay que ir hacia adelante.
Debes aprender a detectar cuando el negativismo ha afectado tú mente. Para poder hacerlo, óyete hablar y aconséjate a ti mismo. Piensa si te gustaría estar hablando con una persona que habla como hablaste. A veces los que más juzgan, son los que más se creen espirituales, y ser espiritual es estar motivado y darle a la gente un poco de coraje para que avance. Por ejemplo, cuando le enseñas a caminar a un niño, ¿esperas que camine hacia delante o le dices que avance. De la misma manera es Dios, está diciéndole a todos: ¡Caminen, hijos! Él es quien te motiva y da ánimo para seguir. ¿Por qué te vas a hacer para atrás ahora? ¡Sigue y aguanta un poco más! El sol puede estar pesado en el desierto, pero imagínate las uvas en tu boca. No te imagines la quiebra, déjale ese trabajo a otros. Es duro, pero ¿quién te dijo que iba a ser suave? Vale la pena seguir. ¡Sigue! No vuelvas atrás.

Recuerdo que cuando tenía que estudiar en la universidad, tenía que trabajar, estaba en el ministerio y mi esposa estaba esperando a mi tercera hija. Cuando bajaba del carro, me agarraba del poste del garaje a punto de vomitar y en mi manera absurda de hablar con Dios le decía: “Señor, ya no aguanto, pero si tú quieres que haga esto, te hago ganas, Señor”. Nos queremos llenar la boca diciendo que somos amigos de Dios, ¿Para qué? Para cantar lindos coros, para usar nuestros dones espirituales, pero ¿dónde está el carácter? En medio de ese desierto podemos ver grandes batallas o tierra por conquistar, problemas o preciosas oportunidades. Dios está contigo y no te ha desamparado. ¿Por qué dar marcha atrás? Pregúntale a Dios para dónde quiere ir Él y dile: “Yo voy contigo, Señor”.

¿Será el lugar lo importante o la compañía? Si te das cuenta, no es el lugar, es la manera en que vivimos. Es mejor tener una calidad de vida superior, en lugar de mejores cosas, o además de las buenas cosas. Dios te quiere dar buena vida, y la buena vida es la suma de las actitudes que tenemos para vivir.
La gente negativa habla lo malo, ve lo malo y contagia lo malo. Y la gente positiva ve lo bueno, habla lo bueno y descubre la cura para lo que contagia. Los que descubrieron las vacunas eran gente positiva. El positivo siempre descubre la cura, el negativo contagia lo malo. La Biblia dice que hay que contagiarse con un buen ánimo.
Siempre creí que los positivos vencían a los negativos, lo lamentable es que no es verdad. En este caso, los negativos pudieron más que los positivos porque tuvieron miedo de avanzar. Tú decides qué vas a ver al final. ¿Con quién te vas a juntar? Cuando te juntes con alguien que habla mal de todo, levántate. Tú debes juntarte con gente que incremente lo bueno en ti. Hasta hoy se ha podido y se puede, además el futuro es mejor que el pasado.

El Señor dijo que hará cosa nueva y abrirá caminos donde no hay. Si vas a ver el pasado, que te sirva para ver lo que un día Dios hizo y saber que si lo hizo una vez, lo va volver hacer. No seas de los que retroceden, sé de los que avanzan. Si Dios lo hizo una vez, lo volverá hacer. No me gusta ver a nadie mal, con deseos de volver atrás en su vida, conozco a Dios y sé que no te dará por regalo una conquista, la tendrás que pelear. Pero no pelearás solo, Dios y tú son mayoría. Mayor es el que está en ti que el que está en el mundo.

En ocasiones me gustaría darle a todo el que está necesitado. Si pudiéramos, proveeríamos cierto alivio, pero quizá haríamos que la gente se conforme con eso y nunca salga adelante. Lo que el hombre piensa en su corazón, eso es él y como tú pienses, eso vas a ser. Si tu mente se logra renovar, te logras ensanchar, lo vas a lograr y la gloria va a ser de Dios.

¿Qué vas hacer? ¿Te vas a echar para atrás o vas avanzar? Si le crees a Dios por una mejor vida, incluyendo lo material, vas a tener para darle a alguien más. Si sigues con esa necedad de no prosperar, no vas a tener ni para ti, ni para alguien más. ¿Siempre estarás del lado de los que piden o vas a creer y vas a estar del lado de los que dan? Tú eliges de qué lado vas a estar.

Si no has salido adelante en la vida, no quiere decir que no lo vayas hacer. No pongas pensamientos pequeños en tus hijos, ni de pobreza, ni de miseria, ni de fracaso. Dios te dio un hijo, pero no te dio el derecho de hacerlo de menos, te dio el deber de instruirlo para que sea grande. Cada día necesitamos más gente grande.

No seas de los que retroceden, sé de los que avanzan. En Cristo Jesús haz lo correcto, respeta los mandatos de Dios y el destino será ir adelante y no volver atrás. Por Cash Luna.

Roberto Coceres.
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